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Esos Postes en la Banqueta: ¿Son un Adorno o Te Pueden Salvar la Vida?

  • Foto del escritor: rydsa rejas y derivados
    rydsa rejas y derivados
  • 9 sept
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 9 sept

¿Has escuchado ese chillido de llantas que te pone los pelos de punta? Un coche que se desvía, un segundo que parece eterno… y justo ahí, un poste de acero hace su trabajo. No es decoración. No es capricho. Es un bolardo, y puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia.

Este es el trabajo de un bolardo

En Rydsa, nos dedicamos a esto. Por eso, aquí te contamos qué son los bolardos, por qué importan, cómo elegirlos y qué normas debes seguir para no meter la pata.



Un Poco de Historia: De los Muelles al Asfalto



La idea de poner barreras físicas no es nueva. En los puertos antiguos, los barcos se amarraban a postes de madera gruesa. De ahí viene el término “bollard”. Con el tiempo, esos postes pasaron de los muelles a las ciudades: primero para frenar caballos, luego para detener tranvías, y hoy, para proteger a peatones de coches que no respetan límites.

Bolardo marino cabeza en T
Bolardo de Amarre

Ahora hay bolardos que se esconden bajo tierra, que se activan con sensores o que brillan de noche. La tecnología cambió, pero la misión sigue siendo la misma: mantener el orden y proteger lo que importa.


¿Para Qué Sirven Realmente?


Su trabajo principal, el que todos ven, es jugar a la defensiva. Ponerse en el camino de un vehículo para proteger a la gente y a las cosas. Pero hacen más que eso.

  • Protege personas y estructuras: Evita que un coche se suba a la banqueta o que un montacargas se lleve una estantería por delante.

  • Organiza el espacio: Delimita carriles, zonas peatonales, áreas de carga o estacionamientos.

  • Controla accesos: Los modelos retráctiles o extraíbles permiten decidir quién entra y quién no.

  • Aporta diseño: Hay modelos decorativos que embellecen plazas, parques o entradas sin perder funcionalidad.


Para Cada Necesidad, su Tipo: Una Vista Rápida


No hay una sola medida para todos. Depende de para qué lo quieras. Aquí un resumen:

Tipo

En Pocas Palabras...

Hecho Para...

Fijos

El de batalla. Lo pones y ahí se queda. A prueba de todo.

Banquetas, proteger maquinaria, frentes de locales.

Extraíbles

El "quita y pon". Lo sacas para dar paso y lo vuelves a poner.

Cierres de calles para tianguis o fiestas, cocheras.

Retráctiles

Suben y bajan con un botón.

Accesos a corporativos, bancos, zonas de lujo.

Flexibles

Se doblan al impacto y regresan a su forma

Ciclovías, cajones de estacionamiento. Perdona errores.

Decorativos

El elegante. Fuerte por dentro, bonito por fuera.

Centros históricos, parques, entradas de residencias.

La Letra Chiquita que Importa: ¿Qué Norma Manda Aquí?


Ojo, porque aquí es donde muchos se confunden y el error puede salir caro. No es lo mismo poner un bolardo en tu fábrica que en la banqueta de tu oficina. Son dos mundos distintos.

  • Dentro de tu Propiedad (Fábricas, Almacenes, Patios): Aquí la ley es la NOM-006-STPS-2023. ¿Qué significa? Que si tienes montacargas, camionetas o cualquier vehículo moviendo material, la Secretaría del Trabajo te exige poner barreras para proteger a tu gente. Punto. Aquí no hay discusión: necesitas bolardos de buen calibre (cédula 30 o 40) que aguanten un buen jalón. Es la seguridad de tu equipo.

  • Afuera, en la Vía Pública (Banquetas, Plazas, Calles): Olvídate de la norma anterior. Aquí el que manda es el municipio. Cada ciudad tiene sus propios reglamentos de desarrollo urbano y movilidad. Ellos te dirán qué tan alto, qué tan separado y de qué tipo puede ser el mobiliario que pongas. Antes de clavar nada en la banqueta, tienes que hablar con Obras Públicas de tu localidad. Si no, te puedes meter en un problema


Ponerlo Bien: No es Nomás Hacer un Hoyo


Un bolardo es tan bueno como su instalación. De nada sirve el poste más grueso si está mal puesto. El proceso, hecho como se debe, lleva su ciencia:

Se planea bien dónde irá cada uno, para que no estorbe al peatón pero sí frene un coche. Se perfora a la profundidad correcta, ni más ni menos. Se ancla con un buen concreto, asegurándose de que quede perfectamente derecho. Y al final, se le da su acabado, con su pintura y sus reflejantes para que se vea bien de noche. Parece fácil, pero la diferencia entre un trabajo profesional y una improvisada se nota al primer empujón.


Entonces, ¿Adorno o Protección Real?


Un bolardo no está ahí para decorar. Está para proteger. Y si se elige bien, se instala con técnica y se respeta la norma, puede evitar accidentes graves. En Rydsa, no solo vendemos postes: ofrecemos soluciones pensadas para cada entorno.


¿Tienes un proyecto en mente? ¿No sabes qué tipo necesitas? Escríbenos. Te ayudamos a elegir el bolardo que se adapte a tu espacio, tu presupuesto y tu nivel de riesgo.


 
 
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